Volvía la Copa del Rey a escena y volvía el Atletico de Madrid a un escenario histórico de España, el Carlos Belmonte de Albacete, actualmente en Segunda División B y que lucha por sobrevivir entre deudas. Partido para que disfrute la afición y recuerde viejos momentos que nunca debieron de dejar de vivir.
El equipo manchego entrenado por Antonio Sánchez jugaba con: Miguel como portero; Rocha, Castillo, Santamaría, Zurdo los defensas; Candela, Miguel Nuñez; Tete y Adriá por bandas; Víctor Curto enganchando; Calle en la punta.
Manzano daba descanso a los jugadores más habituales y le daba oportunidad a otros, alíneaba a Asenjo con el debutante Manquillo en defensa junto a Pulido, Domínguez y Filipe; Assunçao y Koke en el doble pívote; Salvio, Pizzi y Juanfran por delante; Adrián como delantero.
El partido lo empezó el Atletico de Madrid confiados, con un convencimiento de que el partido se ganaba fácil y pensando que el gol acabaría llegando por alguna jugada individual o por obra del espíritu santo y así no se puede jugar contra ningún equipo, juegue en la categoría que juegue. A la media hora de partido el arbitro pitó un penalti por mano de Domínguez que transformó Calle.
En la segunda parte el Atlético salía con la obligación de remontar, pero nada de eso, el arbitro volvió a pitar un penalti, esta vez en favor del Atlético expulsaba a Nuñez, el Albacete con 10 y el penalti que lo fallaba Adrián mandando el balón alto. El Atletico de Madrid con superioridad numerica debía ser superior al Albecete, pero no, esto es futbol y este es el Atleti. Domínguez agarraba a Calle que se escapaba solo ante Asenjo y era expulsado, falta peligrosa al borde del área y golazo de falta del Albacete de Zurdo para ampliar diferencias.
Adrián recortaría distancias tras un fallo en el despeje de la zaga manchega, el Atlético tenía veinte minutos para intentar darle la vuelta pero ni podían ni tenían la actitud necesaria para remontar un partido los jugadores salvo unos pocos. El Albacete que jugaba el partido más importante practicamente de su temporada afrontaba el partido con una actitud y unas ganas que a cualquiera que no conozca los dos equipos pensaría que el equipo de Primera eran los manchegos.
Manzano que sigue con su disputa con Reyes, esta vez lo llevó hasta Albacete y lo tuvo junto a Tiago en el banquillo con el equipo perdiendo y sin agotar el último cambio prefiriendo continuar con Juanfran, Salvio o Assunçao que no aportaron nada al equipo o dando paso a Miranda por el debutante Manquillo que tan bien lo estaba haciendo, de los pocos.
Si la Copa del Rey fuera un torneo serio, sería a partido único y el Albacete ya estaría clasificado. Pero este no es un torneo serio y el Atlético todavía tiene la oportunidad de remontar la eliminatoria en su estadio. De ser así o no, el rídiculo del equipo de Manzano en esta noche albaceteña fue espantoso. Sin restarle ningún mérito al histórico equipo manchego que hizo justo lo que tenía que hacer.
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